El hámster en su noria

Dañamos, perdonamos. Sufrimos, gozamos. Errores, correcciones. Alegrías, tristezas...

Parece que la Vida no es más que un sinfín de bucles sin final, que no dejan de abrirse y que nunca se cierran. Igual soy un idealista sin remisión, pero ¿por qué no intentamos romper ese círculo vicioso?

1 comentarios:

Ligeia

22 de octubre de 2008, 17:42

Tal vez no estamos preparados