Mi Rubicón particular

El 10 de enero del año 49 aC, Julio César cruzó al frente de sus escasas tropas el río Rubicón, que servía a Roma de frontera con la Galia, e iniciaba una guerra civil que acabaría con la antigua República. Cuando llegó al otro lado, se giró hacia sus tropas y les espetó la famosa frase "Alea iacta est" (la suerte está echada).

Desde entonces, las frases "La suerte está echada" y "Cruzar el Rubicón" se utilizan cuando se alcanza el punto de no retorno. Siempre queda más poético que "no hay vuelta atrás".

Tarde

Tenía seis años cuando sufrí la primera decepción que recuerdo en mi vida. Era un balón de fútbol, parecido al que algunos de mis compañeros de clase tenían, y que eran la envidia del resto.

Hoy, visto desde la distancia, y con la experiencia de una vida sufrida, no parece gran cosa, pero entonces ese balón lo era todo para mí. Soñaba con él, vivía por él, pensaba en él, era casi el centro de mi vida, suspiraba cuando pasaba frente a la tienda junto al colegio donde lo vendían, dejaba unos círculos de vaho cuando apoyaba la cara en el cristal.

Le pedí ese balón a mi padre. “Veremos” fue todo lo que contestó. Insistí durante semanas. Lloré, supliqué, rogué. “¿Le has preguntado a tu padre?” fue todo lo que saqué de mi madre. El tiempo pasaba y yo temía lo peor. Al final, Jaime, un compañero de clase, gordo y de padre rico, se llevó el último de la tienda.

Desde entonces, este es uno de mis más desesperantes aspectos, reaccionar siempre tarde a todo lo que de verdad me interesa.

Sufridores

Si lloras por haber perdido el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas. (Rabindranath Tagore)

De pequeño tenía un cuadro en mi habitación con esta frase y un dibujo alegórico bastante infantil y hortera. Mis padres se empeñaban en que la aplicara con cualquier pretexto, no te enfades porque es mejor así, mira que bonito así que no te enfurruñes, y cosas por el estilo. Pero a mí me sonaba bastante a los tristes engaños que se dicen a los niños para que no molesten.

En los momentos que suceden a un revés de cualquier tipo, frases como esta no tienen la más mínima cabida en la mente de la víctima. Sí, son las que todos los allegados utilizan para intentar animarle, y que a fuerza de repetir acaban por sacarla del pozo o entran en la lista de "Frases Más Odiadas Por Mí". Cuando alguien se lleva una hostia, de cualquier tipo, ha de querer reponerse él mismo. El resto del mundo se divide en espectadores o sufridores, a discreción del principal involucrado, y con consecuencias nefastas en caso de cambio de papeles: querer pasar de espectador a sufridor supone exponerse a un iracundo "No te metas en mi vida", pero pasar de sufridor a espectador conlleva perder a un partícipe de tu intimidad.

Muchas gracias a mis sufridores. Os debo mucho más de lo que sería capaz de escribir aquí.

Lobos y corderos

¿Es mejor descubrir o ser descubierto? Creo firmemente que nunca podré encontrar una respuesta satisfactoria a esta pregunta. En cualquier duda que implique elección, lo que se busca es encontrar qué opción es la correcta o, al menos, la menor perjudicial. Pero en este caso me desanima el miedo a obtener pura y simplemente una cruda respuesta.


El descubridor es el personaje activo del juego. Indagar, averiguar, sentir ese picoteo de hormigas que siempre acompaña a la caza. Hay que descubir las reglas del juego, o proponerlas. Acatarlas o romperlas. Lo importante es el objetivo que nos hemos fijado. Ganar nos hace felices y orgullosos, las personas más dichosas del planeta; queremos reir y gritar al mundo que hemos triunfado donde otros fracasaron. Perder o abandonar nos abate, nos hace perder el norte, oscurece nuestro futuro.

Sólo hay algo comparable al gozo de ganar: saber que hemos sido el objetivo de un descubridor. Somos seres anónimos que se ven, pero no se miran; que se oyen, pero no se escuchan; que se entienden, pero no se comprenden. El que quiere descubrir debe estar dispuesto a mirar, escuchar y comprender, y no sólo ver, oir y entender. Pero, ¿hay algo más reconfortante que averiguar que alguien quiere mirarte, escucharte y comprenderte?

Crack!! (2)

Nunca sabré cuantas oportunidades he dado por perdidas antes de tan sólo pararme a analizar si estarían a mi alcance. Aquellos sueños de héroe admirado por todos ya han pasado para siempre. Aquellas ilusiones de felicidad utópica acabaron casi tan rápidamente como empezaron. Por miedo he descartado una cantidad tan inmensa de salidas y bifurcaciones en el camino de mi vida que da vértigo pensarlo.

Nunca sabré si aquella mirada o aquella sonrisa, que me hicieron ver el sol en un dia gris, podrían haber sido algo más. Si la vida me da una segunda oportunidad, prometo averiguarlo.

Crack!!

Nunca me he planteado analizar si podría alcanzar lo que me proponía. Lo que en términos poéticos se denomina "intuición femenina" no es tan exclusivamente femenina como se piensa, de la misma forma que no somos el "sexo fuerte", por mucha fuerza física que demostremos. Pero eso es otra historia.

Nunca me he planteado analizar si podría alcanzar lo que me proponía porque, automáticamente, intuía que lo alcanzaría, de la misma forma que si algo no me originaba esa intuición, ni siquiera me lo planteaba. Por desgracia, las mujeres han sido siempre miembros permanentes del segundo grupo que acabo de describir, excepto mi mujer, que pertenece al primer grupo: aquello fue una encerrona de un conocido común con el que trabajaba. También esto es otra historia.

Pero lo que sí es parte de esta historia, es que las personas, pueden dejar pasar oportunidades únicas en la vida por el simple hecho de decir: "No me va a pasar a mí". No somos atrevidos. No osamos desafiar a la opinión que nos hemos formado de nosotros mismos. "Estás predestinado a ser un papanatas". ¿Quién lo dice? ¿Alguien me preguntó y no lo supe contestar? ¿Preguntaron a mi padre cuando estaba borracho (no sería justo)? Los cambios son una puerta a lo desconocido, aterrorizan, duelen, suelen ser desagradables, y la gente sólo quiere estar tranquila y a gusto, aun a pesar de dejar de ser ellos mismos. Prefieren dejarse llevar y no sufrir, que sufrir para poder vivir.

¿Ya he dicho "NO"? Por si acaso, lo repito. NO. Esto no va conmigo. Esto no es así. No tengo porqué resignarme a ser lo que no quiero ser, a tener lo que no quiero tener, a anhelar lo que no puedo alcanzar.

¿No habeis oido ese crujido? Es mi coraza, que empieza a romperse.

Engañado

Así es como me sentí cuando pude comprender lo que estaba pasando en mi casa.

No era un engaño amoroso, ni material, y mucho menos, gracioso. Era algo que atacaba tan directamente a mi yo más profundo, que me dejó sin palabras por primera vez desde hacía mucho tiempo.

Ella, mi amante esposa, la que decía que tanto me quería, con la que había vivido 8 años, no me conocía. No sabía quien era. Ni siquiera se había preocupado de qué era lo que me pasaba. O de como sentía. O de qué me gustaba. No existía ningún tipo de empatía hacia mí. Para ella era un completo desconocido emocional, si esto se puede expresar así.

Había vivido 8 años engañado, creyendo que era sólo pasajero. Idiota de mí, te has estado engañando 8 años para nada. Has creído siempre que esto era algo que se curaba con la edad o con el tiempo, pero no ha sido así. Y ahora te encuentras con lo que te has buscado.

En ese mismo instante decicí que había llegado mi momento.