- Déjate ir, arrastrado por la corriente, disfrutando del viaje, mecido por las olas. Si no te gusta donde llegas, siempre puedes volver al mar y dejarte llevar a otro sitio.
- ¿Y qué pasa si ves un paraiso, pero la corriente no te lleva allí? Ves tu sitio, tu Edén, el lugar donde quieres llegar, pero la corriente te separa de él, te controla, te dirige, te domina.
Diálogo
jueves, 19 de junio de 2008 en 11:06
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2 comentarios:
20 de junio de 2008, 13:56
24 de junio de 2008, 8:25
Siempre nos queda nadar en diagonal....aunque el corazón no sabe de geometría..
Saludos
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