No es para mí

Ha sido siempre este miedo que me ha atrapado las entrañas como unas tenazas infernales el que me ha impedido abrirme a ver mundo. He sentido un miedo visceral e irracional a todos aquellos que no conocía. De pequeño me protegía como podía de las burlas de todos, y al final he acabado escondiéndome de la gente. No quería que me miraran porque creía que lo siguiente sería que me señalaran con el dedo para alguna mierda de guasa a mi costa. No quería que supieran nada de mí porque una voz interior me decía que sería el siguiente tema de cotilleos y risitas en mi entorno.

Así he vivido tranquilo, odiando a todos los que me han llevado hasta aquí. Pero ahora, al final de la lista hay un nombre más: el mío. Me he negado demasiadas cosas. Me he reprimido muchos deseos. Me doy cuenta de que he aprendido del mundo mucho menos de lo que se puede. La vida. La experiencia. Todo eso hace que se te activen las neuronas. Y yo las tengo bastante dormidas, así que ahora pago las consecuencias. Nunca he considerado que fuera interesante o ingenioso o estimulante para nadie. Es algo que he dado por supuesto desde siempre, y la vida no me ha dado motivos para pensar de otra forma.

Es ahora, al darme cuenta que el alma es un ser diletante que no busca más que su propio placer, cuando siento una frustración infinita por el tiempo perdido. Todos buscamos algo que nos guste, y podemos adornarlo como queramos: interesante, estimulante, excitante, y todos los sinónimos que se puedan encontrar. Y no precisamente algo físico: el alma es mucho más difícil de contentar que el cuerpo, y siempre está en constante búsqueda de su propio placer, pase lo que pase. Siempre busca más. Siempre quiere más. Parece un parásito que devora todo aquello que encuentra apetecible. Pero es un parásito enfermo del máximo grado de masoquismo. Precisamente ese es, a mi entender, el mayor placer que busca el alma de una persona: ser devorado por otra alma que la encuentre apetecible.

1 comentarios:

Anónimo

28 de junio de 2008, 15:47

Has comprobado que la vida te da motivos para dudar de tus creencias.. Se que ese fue el mejor regalo que pude darte y mi alma se siente feliz por habernos devorado mutuamente (metafóricamente, claro!)
Eres mucho mas de lo que crees y sientes!
No lo vuelvas a olvidar.