El 10 de enero del año 49 aC, Julio César cruzó al frente de sus escasas tropas el río Rubicón, que servía a Roma de frontera con la Galia, e iniciaba una guerra civil que acabaría con la antigua República. Cuando llegó al otro lado, se giró hacia sus tropas y les espetó la famosa frase "Alea iacta est" (la suerte está echada).
Desde entonces, las frases "La suerte está echada" y "Cruzar el Rubicón" se utilizan cuando se alcanza el punto de no retorno. Siempre queda más poético que "no hay vuelta atrás".
Mi Rubicón particular
lunes, 31 de marzo de 2008 en 15:27
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2 comentarios:
22 de mayo de 2008, 5:13
Seguro que no hay vuelta atrás??
algunas veces si, piensalo.
Un beso, simplemente yo
22 de mayo de 2008, 9:31
Ya no.
Un beso.
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