Vienen y van

No podía imaginar esto, pero la realidad siempre supera la ficción, como se suele decir.

Siempre he sido de los que pensaban que amigos, lo que se dice amigos, se tienen pocos en la vida, quizás baste una mano para contarlos. Personas (que no gente) en la que confiar, con la que hablar y desahogarte, a los que pedir ayuda, salvavidas a los que aferrarse en medio de la tormenta cuando el resto se hunde y que te mantienen a flote. Amigos de esos que siempre están ahí cuando los necesitas. Incluso saben hacerte notar que los necesitas; porque, admitámoslo, somos unos tíos duros, orgullosos y autosuficientes que no necesitamos de nadie. ¡Y una mierda! Los necesitamos aunque digamos que no. Pues bien, de esos hay pocos a lo largo de la vida.

Y acabo de perder a algunos. Es triste decirlo, pero es así. Creo que alguien dijo una vez (y si no, me apunto el copyright de la frase), que la confianza se gana día a día y se pierde en un instante. Pues ese día ha llegado. Me entristece pensar que no podré confiar en personas en las que he confiado desde que tengo uso de razón, hasta ahora. Curiosamente no me siento traicionado, sino que el dolor viene más por la pérdida que por lo que hayan hecho o dejado de hacer. Al fin y al cabo, sucedió hace tiempo.

Pierdo amigos en un momento difícil pero no lo veo como una catástrofe. Me siento fuerte para afrontar lo que sea. Esto no es más que un ligero contratiempo, una circunstancia más, una regla del juego que no va a ralentizar o obstaculizar nada. Estoy seguro que en otro momento creería que el mundo se desmoronaba a mi alrededor. Y estoy satisfecho de mí mismo al pensar que ahora no lo veo así.

Y además tengo otros apoyos que han ido apareciendo en el camino, apoyos que nunca imaginé que surgirían, deliciosas sorpresas que a veces nos depara la vida que por una vez deja de gastarnos putadas y nos da un momento de respiro. Estoy encantado al pensar que, poco a poco, pasen a formar parte de esa mano que cuenta las personas que de verdad valen la pena.

4 comentarios:

hombrepez

7 de mayo de 2008, 8:42

No siempre es malo que llegado el momento se sepa con quién se cuenta y con quién no.

Un saludo.

Importa mi nombre?

7 de mayo de 2008, 9:15

Al menos para mí es imprescindible.
Gracias por pasarte.

Ligeia

8 de mayo de 2008, 15:40

Es la vida. Unos van y otros llegan, las circunstancias en que lo hagan son lo de menos, lo que importa es que realmente estén. Felicidades por tenerlos.

Isthar

12 de mayo de 2008, 11:46

El dolor de la pérdida es siempre lo que más afecta en cuanto a perder amigos se refiere. Van, vienen y duelen.

Y aunque llegan aires nuevos y manos cercanas de donde no lo esperabas, yo no puedo evitar la terrible tristeza que da el pensar que aquellos en quien confiabas, no eran tan de fiar.

Con lo que cuesta confiar...