Yo sólo. Conmigo mismo. Con tiempo para todo. Mejor dicho, para gastar como mejor me parezca. Puedo hacer uso de toda la libertad del mundo. Puedo decidir lo que quiero, y lo que no quiero, y lo que hago, y lo que no voy a hacer. Tantas cosas que me da vértigo. No llega a ser miedo, ni siquiera temor. Es sólo la incomodidad del cambio y de la búsqueda de una nueva rutina para los asuntos menos trascendentes.
Pero compensa. Por ahora, compensa. Hasta que la nueva vida me agobie tanto como la que ahora acaba, voy a explorar todos y cada uno de los rincones de mi alma, y tocar todos los resortes de mi ser. No quiero a llegar a mis límites, ni batir ningún record, pero soy consciente de que hay partes de mí que no conozco, y quiero que dejen de estar en la oscuridad.
Si quieres, estás invitado a acompañarme en este viaje.
1 comentarios:
22 de mayo de 2008, 12:54
Me gustaría tener tu fuerza, pues creo que eres más fuerte de lo que te crees.
Un beso, simplemente yo
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