Llueve

Todo el mundo menciona el día tan bonito que hace cuando luce el sol y no hay nubes en el cielo y se les alegra al cara porque aun es de día cuando salen de la oficina y se pueden sentar en una terraza delante de una caña bien fría.

Pero a mí me encantan los días de lluvia. Me gustan cuando llueve a cántaros y no quiero salir de casa y me acurruco en algún rincón con un libro, cerca de la ventana para ver las nubes grises descargando toda el agua que pueden y las gotas de lluvia repiqueteando en el cristal. Abro la ventana y me quedo resguardado mientras, a unos centímetros de mí, sigue cayendo la lluvia como una cortina de agua. Cómo disfruto con el escalofrío que recorre mi espalda cuando la fría y húmeda brisa me alcanza.

Pero si no llueve tanto, me encanta salir a pasear. No sonriais con malicia, ni penseis que estoy chalado. Me gusta salir a andar bajo la lluvia, mojarme, salpicar. La gente anda encogida en posturas imposibles para mantener la cabeza debajo del paraguas. Andan rápido o corren para guarnecerse bajo un portal. Yo no. Camino tranquilamente sin correr, el agua recorre mi cara, mi pelo chorrea, admiro el paisaje de la forma que dicen los entendidos que hacen los artistas: la luz del día es muy diferente, más pálida, pero más bella, melancólica. Las calles mojadas tienen un brillo especial bajo esa luz. Las gotas de agua resbalan por las hojas de las plantas.

Lo mejor viene al llegar a casa, cuando me seco y me cambio la ropa mojada. De estar desamparado y sólo frente a los elementos, me siento arropado y protegido. Intento llegar siempre con tiempo suficiente para disfrutar de ese instante. Me desnudo, me seco concienzudamente, me visto con algo cómodo y me arremolino en el sofá con la calefacción puesta hasta que entro en calor. El tacto de las prendas secas sobre mi piel helada me produce un placer muy sensual, como una caricia o un abrazo.

Lo único que lamento es que no acabe con una sensación similar a un orgasmo, sino que se va apagando poco a poco hasta que desaparece. ¡Nada es perfecto!

3 comentarios:

Ligeia

21 de abril de 2008, 7:01

Adoro los días de lluvia. Me encanta mojarme, me llena una sensación de calma y quietud.

Que te rocen las gotas de lluvia la cara como si trarase del dedo de un amante.

Anónimo

22 de mayo de 2008, 12:02

Y que me dices de ese olor a tierra húmeda??? del arco iris que sale en alguna ocasión??

Mi paragüero esta vacio.

Un beso, simplemente yo

Importa mi nombre?

22 de mayo de 2008, 21:40

Marina, tienes razón, pero en ciudad es complicado el disfrutarlo.
Un beso.