Muy Honorable Señorita Tristeza

Quiero, ante todo, expresarle mi más absoluto agradecimiento por haber tenido la deferencia de hablarme en tan claros términos en su misiva anterior. Estoy convencido de que ese acto no lo realiza muchas veces, y por tanto me considero un honrado por haber sido foco de sus atenciones.

En segundo lugar, disculparme si usted no se define como perteneciente al género femenino. Siendo un sentimiento debería serle asignado el género neutro y es sólo debido a las reglas gramaticales del castellano por lo que la asimilo como fémina.

Hechas tales aclaraciones, paso a exponerle, sin más preámbulos, el tema de mi escrito. Lamento profundamente perder el tono educado y conciliador de las líneas anteriores, pero con su comportamiento no me deja más remedio.

Aunque por tu propia Naturaleza puedas vivir en el interior de las personas y conocer sus más íntimos secretos, eso no te da ningún derecho a ir aireándolos como si nada pasara. Hacer lo que has hecho, y ya sabes a qué me refiero, ha sido una cabronada por tu parte. Si antes quería que te alejaras, ahora estoy decidido a sacarte a patadas de mi vida.

Actualmente me encuentro en una delicada situación emocional debido a todo lo que me ha pasado, pero poco a poco recupero el vigor y las fuerzas para afrontar cualquier revés que la vida pudiera plantearme en cualquier campo, tanto laboral, como familiar o sentimental. Reconozco que aun estoy débil y convaleciente, pero al igual que vi cuando las fuerzas me abandonaban, se reconocer cuando vuelven. Como dices, tendrás mucha experiencia en tocar los resortes de la infelicidad, pero sé sincera, eres una maldita cobarde que sólo toca a aquellos que se dejan. Prueba con alguien fuerte, y todo tu concimiento de la Naturaleza humana será inútil.

Estoy completamente convencido de poder expulsarte de mí sin más ayuda que mi propia determinación. Podré sobreponerme a la situación. Templaré mis ánimos. Relajaré mis impulsos. Me concentraré en lo que hago en cada momento, como si eso fuera lo único que existiera en el mundo. Me estudiaré y analizaré para evitar caer en tus manos en otra ocasión. No anularé mis sentimientos o mis pasiones, simplemente no me dejaré dominar por ellas.

Pero si no fuera suficiente, se en quién apoyarme para tal empresa. Ese es tu mayor enemigo, la gente que no lucha sola. Uno contra uno, eres poderosa. Pero en grupo, aunque sea de dos, podemos vencerte sin problemas.

Con todos los respetos

Yo

1 comentarios:

Anónimo

22 de mayo de 2008, 12:34

Tu mmismo lo has dicho, solo toca al que se deja tocar.

pienso que hay días que nos embarga una tristeza que puede ser hasta bonita, una tristeza melancólica.

Un beso, simplemente yo