Sueños (I)

Ando solo por un túnel bastante largo, pero completamente recto. Puedo ver la luz al final. No es oscuro, veo las paredes esculpidas en roca. Es bastante ancho y alto, y puedo caminar sin problema. Tardo bastante en llegar al final.

Me recibe la luz del Sol, limpia y brillante. Es un bonito día. He salido a una especie de claro en la selva con una pequeña charca en el centro. Veo sapos que croan de forma ensordecedora. Un grupo de pequeños monos salen despavoridos cuando me ven salir del túnel. No conozco el camino, pero empiezo a andar entre los árboles. Cuando voy a apoyarme en una rama, me doy cuenta de que hay una gran tarántula y del sobresalto casi caigo al suelo.

Oigo un rugido y de entre unas matas surge un tigre. No sé cómo, pero tengo un cuchillo en la mano, grande y oxidado. No parece afilado y tiene algunas mellas. El tigre me mira y avanza. Empieza a correr. Está a pocos metros y salta sobre mí. Estoy completamente calmado, levanto el cuchillo y se lo clavo en el pecho. Miro el cadáver, que se llena de moscas en un momento.

Al final salgo de la selva y llego a una playa. El mar está tranquilo. Hay algo en la arena cerca de la orilla. Cuando me acerco veo que es un delfín agonizando. Cuando intento arrastrarlo al mar, se desata una tormenta. No tengo suficientemente fuerza para meterlo en el agua. No voy a poder salvarlo. El mar empieza a agitarse de forma violenta. Poco a poco muevo unos milímetros el delfín en dirección al agua, pero no es bastante. Una gran ola nos arrastra mar adentro.

Cuando me hundo me despierto en mi cama envuelto en sudor.

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